Mi historia
Estudié publicidad, amo el diseño y la comunicación. Trabajé en empresas en áreas de ventas y mercadeo por 10 años. Cuando sentía que iba en ascenso directo a lo que yo consideraba en ese momento el éxito, la vida me quitó el piso y mi familia y yo nos vimos obligados a salir del país. De un día para otro me desaparecí, dejé mi casa, mi empleo, mi carro, mis amigos y todo lo que había luchado tanto por conseguir, que, en ese momento, significaba todo para mí.
Cuando pude volver a mi país, necesité darle sentido a lo que me había pasado porque no comprendía para qué estaba viviendo esa experiencia tan dolorosa, entonces empecé mi búsqueda espiritual y conocí el Mindfulness que ha transformado mi vida. Me enamoré de esta práctica y quise compartirla con el mundo entero. Mientras vivía mi proceso de sanación sentí también que quería tener herramientas para acompañar a otros y me formé como Terapeuta Transpersonal.
Hace 7 años me dedico a acompañar procesos de despertar espiritual bajo la marca Lirio Blanco. Lirio Blanco es un símbolo espiritual que recibí durante un proceso terapéutico y significa el despertar de la consciencia femenina, por lo que gran parte de mi trabajo terapéutico lo dedico a acompañar a otras mujeres a despertar lo que significa realmente ser femenino, desligandolo del significado tradicional donde lo femenino se reduce a una manera específica de vestirse o comportarse y abriéndolo en cambio a la posibilidad de explorar todo el potencial de la naturaleza salvaje y creativa de la feminidad.
Mi acercamiento
Creo fielmente que somos almas viviendo experiencias en un camino de evolución espiritual, que estamos unidas a un grupo de almas (nuestra familia álmica) y que venimos aquí con un propósito individual y colectivo. Creo que todo lo que nos sucede son experiencias para ayudarnos a despertar nuestra consciencia que está dormida (piloto automático) y para ayudarnos a quitar el velo (ego) que nos separa de nuestra verdad interior.
Mi manera de ir hacia ello es el camino de la Presencia Plena y la auto-compasión. Creo que cuando conquistamos nuevamente nuestra presencia, envolviéndolo todo desde la mirada compasiva, vamos en el camino correcto porque es un camino de menos sufrimiento.
Tengo la capacidad de conectar con tu alma y tu inconsciente y ofrezco este don única y exclusivamente para conectar con aquello que tu alma necesita saber hoy para seguir trascendiendo hacia la luz, tu verdad interior.